Por Cristóbal Peña, CIPER. 27 de Julio de 2010
A cinco meses de que un tsunami golpeara las costas de la VII y la VIII Región, provocando cerca de 150 muertes, autoridades navales y civiles persisten en culparse mutuamente de los errores en la información entregada la noche del terremoto. En la región del Bío Bío, el ex intedente Jaime Tohá comunicó a tempranas horas que la ocurrencia de un maremoto estaba descartada. Argumenta que sólo se limitó a transmitir al pie de la letra la información proporcionada por el jefe de la Armada de Talcahuano, contralmirante Roberto Macchiavello, lo que éste desconoce. Sin embargo, los testimonios recogidos en terreno por CIPER lo comprometen: no sólo Carabineros y Bomberos contradicen su versión, sino también operadores del puerto y pescadores que esa madrugada se guiaron por la información errónea proporcionada por la radio de la Capitanía de Puerto. La controversia es objeto de una investigación del Ministerio Público que podría topar con la potestad de la justicia naval.
A pocos minutos de ocurrido el terremoto, después de una rápida ronda, los operarios de turno del puerto de Talcahuano hicieron contacto radial con la Capitanía de Puerto, en busca de información oficial de la Armada. Había inquietud, confusión, miedo: mientras tripulantes de la embarcación pesquera Don Enrique dudaban de zarpar, de modo de poner a salvo la nave, habitantes de poblaciones vecinas llegaban a pedir información. Entonces, al preguntar por el estado del mar, desde la Capitanía de Puerto respondieron que había que guardar la calma y estar tranquilos, pues –anunciaron sin titubear– no había alerta de tsunami.
–Dijeron que eso estaba descartado porque el epicentro había sido en tierra –recuerda el supervisor Juan Aguayo, quien esa madrugada de 27 de febrero estaba atento al radiotransmisor que conectaba a la Armada vía frecuencia VHF.
El primer reporte oficial emanado desde la II Zona Naval de la Armada con asiento en Talcahuano no sólo fue escuchado por el supervisor Aguayo y por el guardia Víctor Varela, que también se encontraba de turno en el puerto. Transmitido por el canal 16 de la banda marina, el mensaje fue captado por los radiotransmisores de la mayoría de las 14 lanchas y otras embarcaciones mayores que se encontraban en labores de pesca o descarga.
Ese fue el primer reporte. Los testimonios recogidos en Talcahuano por CIPER a cinco meses de ocurrido el desastre dan cuenta de que después, sin que necesariamente mediara consulta, cada quince o veinte minutos la Capitanía de Puerto emitía nuevos informes que apuntaban a lo mismo. No-hay-alerta-de-tsunami, repetía el marino de turno.
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